Sitio Histórico de Santa
María de Melque
Situada a 5 km del centro del municipio, la Iglesia de Santa Mª de Melque fue declarada Bien de Interés Cultural en Junio de 1931 y el resto del “Conjunto de Melque” compuesto por el yacimiento, casas de labranza, presas y cerca monástica fue declarado BIC, posteriormente, en Junio de 1993 con categoría de Sitio Histórico. Su importancia radica en que es el mejor edificio visigodo conservado de la Península Ibérica, siendo el único de este periodo histórico que ha llegado completo a nuestros días.
Desde que en 1968 la Diputación de Toledo adquiriera el monumento y con el fin de dar a conocer su pasado, poner en valor el conjunto y dotarlo de todos los servicios para que el visitante pueda disfrutar de una visión global de Melque, se han realizado multitud de excavaciones y rehabilitaciones por parte del equipo técnico de la institución, en los que destacan no solo la reconstrucción de la Iglesia sino también de las antiguas casas de labranzas que rodean al templo, convertidas hoy en centro de interpretación, salas de exposiciones y una oficina de atención al visitante.
Aunque parezca un edificio aislado, la Iglesia se construyó entre finales del s. VII y principios del s. VIII como centro de un gran monasterio autosuficiente, del que todavía se pueden observar algunos restos en las excavaciones y en el entorno más próximo.
El término del mismo ocupaba una extensión de 25 hectáreas, donde encontramos la cerca de mampostería que rodeaba todo el perímetro, cinco presas que embalsaban agua e irrigaban por gravedad las terrazas situadas en los fondos del valle, y el monasterio propiamente dicho de 7.000 m2 construido en un pequeño cerro adaptándose al terreno y divido en dos recintos: en el centro del superior, de 5.700 m2, dominaba la Iglesia; y otro más pequeño que se cerraba con un edificio de una nave de 5 m de ancho donde se ubicaban las dependencias monacales.
La Iglesia está construida en su totalidad con sillares irregulares de granito de gran tamaño y trabajados a hueso, cabe destacar los dinteles interiores de la puerta principal y el de la puerta de acceso a la sacristía oriental.
En cuanto a su interior, sorprenden las bóvedas de cañón de más de siete metros de altura, que coindicen en el centro del templo con cuatro arcos de herradura resueltos en un espectacular cimborrio que a su vez sustenta la bóveda central.
Las ventanas por su gran tamaño y forma abocinada tampoco pasan desapercibidas, a excepción de la situada en el ábside que al ser más pequeña cumple con su función principal que es dar intimidad y recogimiento a la zona del altar mayor.
Aunque actualmente podamos disfrutar de la “piedra viva”, en origen todas las cubiertas interiores, y como complemento a la falta de decoración, estaban estucadas con decoración en relieve y muy probablemente policromadas, así mismo, el resto de paredes también estarían cubiertas de estuco en este caso a modo de yeso para tapar imperfecciones.
Posteriormente a la construcción del conjunto originario y debido a su propia evolución vital y a la reacción de la comunidad frente a posibles actos agresivos, se realizaron varias reformas en el monasterio y en la Iglesia. Aunque no todas las transformaciones se debieron a la misma causa, ni tuvieron por qué efectuarse al mismo tiempo, esto es:
- El patio del recinto superior se divide por medio de tapias para ubicar pequeños huertos.
- Se modifica la utilidad litúrgica del interior del templo realizando algunas reformas sin que la estructura principal del edificio se vea afectada:
-Se elimina el cancel que separa el coro para dar mayor amplitud al presbiterio.
-Se dividen las dos habitaciones delanteras en dos espacios. Uno para auxiliar al altar mayor como sacristía, y el otro utilizado como pequeño oratorio con su ara que se separa del crucero con sendos cancelillos para acentuar su carácter reservado. En la actualidad podemos ver, en el suelo de la habitación derecha restos del travesaño donde se ubicaba dicho cancel y en la izquierda la base cilíndrica de un altar y parte del muro divisorio.
-En el ángulo NO se añade un “patio” rodeado de arcos adosados a los muros, utilizado para albergar relicarios u osarios como respuesta a la falta de enterramientos en el cementerio monacal. Algunos autores lo describen como “habitación adosada”, por lo que podría haber contado con un techo. El acceso al mismo era distinto dependiendo de quien lo utilizara, los devotos accederían por la puerta exterior y los monjes por la abierta en el muro del transepto de comunicación interna.
- Tal y como hemos dicho antes, el complejo de Melque fue construido entre los años 700-750 D.C. y aunque el monasterio fue próspero y estable en sus inicios, el desequilibrio político que sufriría la ciudad de Toledo en el 711 como núcleo urbano disidente por la llegada del Califato Omeya, también originó en Melque una etapa de inseguridad que propiciaría una serie de actuaciones de autodefensa que consistieron en:
-La construcción de una muralla a los pies de la Iglesia formada por dos muros paralelos de mampostería con relleno de arena limpia. Se abría en ella una puerta defendida por un torreón de planta rectangular y un paseo de ronda. Entre la muralla y el porche de la Iglesia se origina un cuerpo de guardia que comunicaba con otro espacio creado con una tapia.
-Se desmonta parte del cimiento del anteábside para abrir una pequeña cripta y varios silos a los que se accedía por una rampa que atravesaba la nave.
-Se excava un pozo en el brazo izquierdo del crucero.
-La habitación delantera izquierda se prolonga con al menos dos estancias. La primera fue un mausoleo, con una sepultura privilegiada comparable a las del cementerio y la siguiente más pequeña (¿quizás una torre?) construida con sillares reutilizados impidiendo su paso a través de ella tal vez para una mejor defensa.
La comunidad cristiana a partir de aquí, parece ser objeto de un progresivo declive, consecuencia lógica de la presión ejercida por una población cada vez más mayoritariamente islámica y, especialmente, por la conversión de las aristocracias laicas que habían sido las benefactoras de los monjes mozárabes, pero en realidad desconocemos si fue evacuada, obligada a abandonar el monasterio o se vació por robo.
Lo que está claro es que el conjunto se transformó posteriormente en una alquería islámica con viviendas dispersas alrededor del templo, que se fortificaría construyendo una torre sobre la bóveda central de la Iglesia, de la que todavía quedan restos, y una terraza sobre cada brazo.
Tras la reconquista de Toledo en el año 1085, Melque recuperó su función como Iglesia cristiana sin perder su condición de pequeña fortaleza, que se mantuvo hasta el final de la Edad Media.
A principios del Siglo XIII la Orden del Temple obtuvo por donación real el Castillo de Montalbán, también situado en San Martín de Montalbán, con el objeto de defender y repoblar estas tierras e instaurar el tráfico ganadero que volvió a crecer en la zona con la consolidación de las grandes cañadas. Esto propició la fundación de la Bailía de Montalbán que se mantendría hasta el 1308 como una de las encomiendas más importantes existentes en Castilla, y en la que también se encontraba Melque. Los Templarios utilizaron la Iglesia como centro religioso y espiritual manteniendo las funciones defensivas de la época islámica y añadiendo una barbacana que encerraba y protegía el templo por sus cuatro lados.
Cuando la Orden fue abolida en Castilla, Melque perdió progresivamente su población y quedó convertida en una ermita rural, hasta que en siglo XIX y fruto de la desamortización de Mendizábal pasara a manos de particulares, perdiendo así su función litúrgica y quedando desacralizada.
Durante décadas la Iglesia se mantuvo aislada formando parte de las casas de labranza que se construyeron alrededor y utilizada para estabular ganado o como pajar.
Finalmente, en los primeros años del siglo XX fue descubierta científicamente por el Conde de Cedillo y adquirida en el 1968 por la Diputación de Toledo propietaria actual del monumento que le ha devuelto su original esplendor.
También puedes disfrutar del entorno natural de Melque realizando el Sendero Melque.
“Cuando decidas visitarnos descubrirás la espectacular arquitectura de este lugar y su entorno natural, será entonces cuando toques más de 1.200 años de historia encerrada en sus muros, creerás estar en “otra época” y quedarás atrapado por la magia de Santa María de Melque. ”
HORARIO:
ABRIL – OCTUBRE
De martes a domingo, de 11:00 a 20:00 h
NOVIEMBRE – MARZO
De martes a domingo, de 9:00 a 18:00 h
Abierto todo el año, excepto los lunes y los días 24, 25 y 31 de diciembre, 1 y 6 de enero.
ENTRADA GRATUITA
Teléfono: 925 789 842 / 925 287 795
email: melque@diputoledo